Hecho a mano de Eleva te trae historias de emprendedoras, escritas por ellas mismas. Hoy conocerás la historia de Verónica y de Silueta Ideal, un negocio que embellece a muchas mujeres de Popayán y la ha fortalecido a ella misma.

Mi nombre es Verónica Zambrano y soy de la ciudad de Popayán. Mi negocio es una sala de estética llamada Silueta Ideal.  

“Quise dedicarme a los temas de belleza y estética porque creo que verse bien contribuye significativamente al bienestar emocional de cada mujer.”

Decidí emprender después de trabajar en varias empresas donde valoraban muy poco mi labor, con horarios muy extensos, incluidos domingos y festivos, que me impedían compartir tiempo con mi familia. Todo esto me motivó a buscar un cambio. Siempre me ha gustado todo lo relacionado con la estética, y ya había adquirido cierto conocimiento y experiencia trabajando por mucho tiempo como promotora de belleza. Así empecé a construir mi propio negocio. Gracias al apoyo de mi familia y de antiguas clientas, quienes se habían convertido en mis amigas y a quienes solía compartir mis tips de belleza, pude abrir mi propio local. 

Los mayores obstáculos siempre estuvieron relacionados con la falta de recursos, ya que necesitaba dinero para cubrir muchos gastos como el alquiler del local, los insumos, el mobiliario, la publicidad, entre otros. Logré obtener un pequeño préstamo y empecé a buscar un lugar para alquilar. El sitio donde comencé no era muy transitado, ya que el sector no era reconocido comercialmente. Además, tenía poca confianza en mí misma, pues sentía que las personas de la competencia hacían mejores trabajos que yo.

La estrategia que utilicé, y sigo utilizando, para que mi negocio creciera fue ofrecer un buen trato a mis clientas, trabajar con productos de excelente calidad para que vean resultados reales, y compartir en redes sociales algunos tips y consejos de belleza que las motiven a seguir sus rutinas y regresar por mis servicios. De esta forma también traen nuevas clientas. Al principio, fue muy importante el apoyo de mi familia, que compartía la publicidad de mi negocio en sus estados y redes sociales para dar a conocer mi trabajo. 

Mi vida ha cambiado mucho. Tener un negocio propio requiere mucha responsabilidad, habilidades para hacerlo crecer, mantener siempre una mente y actitud positiva, y tener claro que todo problema tiene solución. El impacto en mi familia ha sido enorme, pues pueden ver cómo, día a día, mi negocio crece. Esto también ha sido posible gracias a que siguen apoyándome y recomendando mis servicios por redes o voz a voz. Actualmente, ya no tengo inconvenientes con la ubicación, ya que cuento con clientas fieles que están satisfechas con cada proceso, y mis clientes del sector no tienen que desplazarse lejos para acceder a tratamientos de belleza. 

“Gracias a la evolución de mi negocio, siento que he sido una motivación para varias amigas que han visto mi proceso y me preguntan cómo pueden lograrlo ellas también, pues quieren emprender.”

A quienes desean iniciar sus negocios les diría que lo mejor es trabajar para uno mismo. Aunque es un gran reto sostenerse en un mercado con tanta competencia, si ofrecemos un excelente servicio y productos de calidad, todo se puede lograr. Lo más importante es hacer lo que a uno le gusta, porque cuando se trabaja con pasión y amor, el trabajo se convierte en algo bonito, no en una obligación. Así, también podremos dedicar más tiempo a nuestras familias. 

Visualizo mi negocio como un lugar grande, ubicado en un sector muy concurrido de la ciudad. Será un sitio donde las personas encuentren todos los servicios de belleza y estética que necesiten, y que se destacará por la calidad del servicio. 

El camino no ha sido fácil, pero sí ha sido posible alcanzar las metas. Al principio, tuve que recurrir a un préstamo para adecuar un espacio en mi propia casa. Gracias al apoyo de mi familia, logré comprar parte del mobiliario y los insumos que me faltaban. Luego, participé en un programa llamado “Mil Mujeres”, donde adquirí mucho conocimiento sobre emprendimiento y recibí un capital semilla que me permitió montar el negocio en un local comercial. Después ingresé al proyecto “Conectad@s”, donde también he recibido guía y orientación, aprendiendo cada vez más sobre cómo administrar mi negocio, usar internet y redes sociales, y cómo tomar buenas fotografías para mejorar mi marketing digital. 

Fundación Capital me ayudó a incrementar mis conocimientos, confiar más en mí misma, ser una mujer segura de mis capacidades y aprender a administrar mejor mi negocio. Me introdujeron al uso de la tecnología para identificar a qué clientes quiero llegar y cómo hacer publicidad en redes usando apps como Con-Héctor, entre otras herramientas digitales que nos facilitan el trabajo. Con el capital obtenido, logré adquirir aparatología para ofrecer servicios más innovadores y atraer a más clientas. 

Con-Héctor me parece una herramienta muy útil. Si tengo alguna duda, ya sea de marketing, finanzas o administración, solo tengo que ingresar al contacto y encuentro fácilmente la solución. En mi caso, me ayudó mucho a hacer flyers para promocionar mi negocio y compartirlos en mis estados de WhatsApp e Instagram. Me parece una forma fácil y rápida de crear piezas gráficas, algo que antes se me dificultaba porque no conocía una manera tan sencilla de hacerlo directamente desde el celular. Gracias a que ahora yo misma puedo crear la publicidad de mi local, he podido aumentar la frecuencia de mis anuncios y estar más activa en redes. Mis clientas pueden ver mis trabajos con mayor regularidad. También me gustó mucho poder calcular fácilmente cuánto puedo ganar por cada servicio: solo ingreso los datos y sé cuánto debo cobrar y cuánto voy a ganar. Sin Con-Héctor eso era más difícil, porque el costo de mis servicios puede variar según cada clienta. 

Eleva es otra plataforma que me ha ayudado a llegar a más clientes, ya que permite publicar fotos y describir nuestros negocios con ubicación, teléfono de contacto y redes sociales. 

Hecho a mano Historias de emprendimiento, escritas por las personas que las viven.

 Esta serie reúne testimonios reales de mujeres emprendedoras en distintos departamentos de Colombia. Cada historia fue escrita por ellas mismas, con sus palabras y su sentir. Hecho a mano contiene relatos honestos y llenos de aprendizajes sobre esfuerzo, creatividad y transformación. Quédate pendiente porque la próxima historia, podría ser la tuya.